Mini-novela: Olvidé haberte pérdido;capítulo VIII
Capítulo 8.
Capítulo VIII
Unos brazos
rodearon su cuerpo y al darse vuelta, encontró una sonrisa esplendida que
demostraba demasiadas cosas, pero para él eran demasiado confundidas para saber
de que se trataba:
—Hola. Abuelo
—¿Cómo estás
niño?
—Bien, como
siempre.
Su abuelo se
mudo seis mese después, ya que su esposa había muerto de una larga y abrumadora
enfermedad. Alexander, tenía en ese entonces once años, era un niño demasiado
inocente, todo creía que era bueno, que no existía maldad alguna en el mundo y
sólo se guiaba por una intuición no desarrollada que había descubierto, hace sólo
unas semanas.
Todo
marchaba a la perfección, su vida giraba entorno a sus padres, su abuelo y a sus amigos.
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