Nota: Historia ChicoxChico / hombre con hombre; sí no estás de acuerdo con éste tipo de relación no lo leas. ¡Estás advetid@!




Mi deseo… eres tú
Autor: Suou



 


“En este mundo,
Un hada busca su otra mitad,
Bajo un cielo gris, lo encontró.
Y el mundo de él, la alejo.”



Capítulo I “Wolfram. Un sueño irremediable”




Sus labios tocaron descaradamente el lóbulo izquierdo, haciendo que el cuerpo que se encontraba debajo, diera un ligero salto, haciéndolo reaccionar ante el intento desesperado de querer escapar. Sonrío ante la maniobra exagerada del joven; a veces podía llegar a ser tan lindo…
 —Vamos, ¿No es acaso lo qué deseabas?
 — ¡No!— dijo empujándolo.
 —Pero, con la carita que colocaste creí que realmente deseabas esto. — No se movió ante la fuerza del joven, ya se había acostumbrado a la táctica.
 —No me refería a esto. Yo sólo quería…— bajo la mirada y sus mejillas se colocaron aún más rojas de lo que ya estaban. —Yo sólo quería…— pero no alcanzo a terminar. Fue abruptamente callado, con una boca sobre la suya. Quitándole inmediatamente el aire, logrando que expertamente entrara por el páramo cálido y casi desconocido para su persona; sus manos intentaban en vano quitarse el cuerpo, pero al cabo de unos segundos fue doblegado. No lograría hacer nada; tarde o temprano se cansaría, después de todo Yuuri era Yuuri, un debilucho y enclenque que no se atrevía a llegar más lejos.
 —Wolfram…— se separó, sin poder evitar llevar sus manos al cuello de la camisa del rubio, quitándole lentamente botón a botón—Eres delicioso.— una mano la introdujo y toco sobre la tela, produciendo que se colocara extremadamente nervioso y tímido:
 — ¿Qué haces? Ahhhh…. —no pudo suprimir el gemido en su boca. —Para…ah
 —Te gusta, ¿verdad? Era lo que querías de mí…no es verdad, ¿Wolfram?
 — ¡No! Te equivocas… yo solamente…— se detuvo, lo que iba a decir era demasiado embarazoso, así que busco algo diferente a lo que iba a decir. — ¡No quería esto!— con la poca fuerza que le quedaba, intento en vano quitarse a Yuuri. ¿Por qué Yuuri era más fuerte que él? Eso era casi imposible, Yuuri era un enclenque de primera…
 — ¡No lo haré!— le respondió. — He esperado mucho para poder estar contigo…
 — ¡¿Qué?! Pero si nunca me has dicho que me amas… ¡NUNCA!
 —Claro, eso es algo vergonzoso…Además tú siempre me interrumpes cuando intentaba decírtelo….
 —Eso ni tú te lo crees…
 —Deberías de cerrar la boca. — Wolfram iba a protestar, cuando nuevamente lo callaron con la unión de sus bocas calientes.
 —Yuuri, por favor… no estamos casados…
 — ¿A quién le importa? Yo sólo quiero sentirte en mis brazos. Eres mi prometido, debes de consentirme.
 — ¡EH!
 —Vamos. Sé qué te gusta. — toco suavemente el cuello con su labios, haciéndolo sentir más. Quería que Wolfram rogara por más contacto…
 —Pero Yuuri, yo…Ahhhh
 —No te preocupes. Me casaré contigo, no dejaré que nadie te aleje de mi lado. Sólo te quiero a ti, sólo tú…— en lo último lo abrazo muy fuerte, dejando reposar su cabeza en el pecho del joven.
 —Yuuri…
 —Wolfram, te amo. ¿Me amas?— dijo aún sosteniéndolo en sus brazos.
          No hubo respuesta.
          Wolfram no podía creer lo que sus oídos escuchaban. Una declaración, las palabras que siempre quiso escuchar. Siempre quiso que se las digieran.
 — ¿Wolfram, me amas?— volvió a preguntar. Quería escuchar de la boca del joven las palabras que le pertenecían. —Wolfram…— el silencio en la habitación fue notoria, escuchándose simplemente el sonido de las respiraciones agitadas de ambos.
 —Sí. — casi no se escucho. Fue muy bajo el timbre de su voz, pero llegaron a los oídos de Yuuri, ya que esté lo abrazo con mayor intensidad.
 —Me haces muy feliz…Wolfram. — se separó un poco y lo miro, movió su boca sin que palabra alguna saliera.
          Sus manos comenzaron a quitarle las prendas, que cubrían sus cuerpos; la chaqueta negra cayó con descaro al piso, para luego pasar a la camisa, dejando que su pecho se notara. Lo mismo hizo con lo de Wolfram, dejándolo semi-desnudo. Su cuerpo temblaba, un leve escalofrío lo recorrió cuando el dedo meñique de Yuuri le toco la mitad del pecho, estaba helado.
 —Yuuri… No estoy muy seguro…pero…
 —No digas nada… Ya te lo dije eres mi prometido, nos casaremos, eso está claro.
          Su boca fue invadida ferozmente; solamente abrió y dejo que entrara. Todo él era de Yuuri…todo… Sus manos lo acercaron más al rodearse del cuello del joven, haciendo que sus lenguas tomaran un ritmo seguro y extasiado.
          Mientras era abrazado por Wolfram, sus manos recorrían sin pudor alguno el contorno del chico. ¿Cuántas veces había deseado tocarlo? Mucho…mucho había esperado, sus sentimientos contradictorios, su inseguridad y testarudez. Pero en el fondo sabía que amaba a Wolfram.
 —Yuuri…— se separó, haciendo que Yuuri enrojeciera ante su visión. — ¿Qué ocurre?— dijo avergonzándose por su actitud.
 —Nada. — sólo respondió. ¿Cómo decirle qué era extremadamente sexy? Cómo enloquecía en aquella posición, con esa cara que ponía. Quería más, mucho más.
          Fue descendiendo; toco la barbilla con sus labios, la manzana de Adán, el pecho dejando leves marcas rojas hasta llegar al ombligo e introducir su lengua:
 — ¡Yuuri! 
         Con sus manos, quito el pantalón, separándose por completo del Wolfram. Tocando sus muslos, mientras retiraba la prenda; haciendo que sus manos heladas se abrigaran al contacto de la piel de su prometido.
          Abrió sus piernas y se posesiono del lugar. Y volvió a repetir las mismas caricias. Su mano viajo de pronto al pubis, tocando algo blandito entremedio.
 — ¡Qué haces! ¡No toques “eso”!– le exclamó exaltado y sorprendido.
 — ¿Esto?— masajeo con descaro.
 — ¡Nooooo! — se llevo las manos a la boca y se la tapo.
 —Vamos Wolfram, quiero escucharte. Quiero sentir tú hermosa voz… ¿Lo harías por mí?
 —No… Yuuri, no hagas “eso”…
 —Sé qué te gusta. — masajeo con descuido, palpando toda la parte de abajo, haciendo que el órgano se moviera con pericia.
          La curiosidad fue mayor. Le quito lentamente el calzoncillo y dejo que el miembro se alzara con esplendor a la libertad.
 — ¡Wuau! Mira…— le toco la punta, haciendo que el joven se retorciera de placer al sentir esa caricia:
 —Ahhhh….uhhhhh…. ¡Yuuri para!
 —Te gusta, ya veo. —  su dedo toco toda la longitud, descendiendo desde la punta hacia abajo, sacando su dedo antes de tocar el agujero entre las nalgas. Rió divertido al ver como Wolfram intentaba contenerse.
 —Uhhhh….
 —Wolfram, ¿Crees qué yo pueda?- lo miro esperando algún signo de negación, pero no hubo. Miro la longitud moverse lentamente, pidiendo que se le tratara. Quería hacerlo, su curiosidad era mayor y sin más preámbulos, dirigió su boca, introduciéndolo en ella.
          Que rara sensación sentía. Nunca creyó que él, Yuuri Shibuya hiciera “eso” a otro hombre. Su boca comenzó a moverse de arriba abajo, lamiendo y ensalivando el duro miembro del rubio que rogaba que se detuviera:
 —Yuuri…Ahhhh… Nhgn… para po…Ahhhh…por favor… Yuuri…— sabía que era en vano rogar. Yuuri no se detendría, la tortura continuaría hasta que su prometido se satisficiera.
          Seguía con su vaivén, de arriba abajo, pasando de vez en cuando su lengua. Volviendo loco a Wolfram, ¿Quién era ahora el debilucho?
          Wolfram estaba siendo despojado de su infantil orgullo, estaba siendo expuesto a la vergüenza:
     ¡Yuuri!— grito. Debía de avisarle, debía de detenerlo. —Voy a…
 —No. — pensó. Aumentando la velocidad de la caricia; sintiéndolo. Alcanzo a quitar su boca. — Wolfram. — sonrío acercándose a los labios entreabiertos del joven. Los masajeo con los suyos, aspirando el aliento extasiado y dispar…—Eres tan lindo, Wolfram, tan hermoso… sólo mío… 
            Mientras acariciaba la mejilla con sus labios, sentía que la respiración de Wolfram se iba calmando. Sus dedos se enredaban en el cabello rubio, rozando con suavidad el cuero cabelludo:
 —Wolfram…. —levantó el rostro y aspiro los cabellos. — Hueles bien tan bien, tan bien….
 —Yuuri…— se encontraba más tranquilo. Sabía que Yuuri no haría nada más. Lo rodeo con sus brazos, sus pechos se tocaron, piel a piel se encontraron. Sintieron su calidez, que era gratificante.
 —Te amo. —Miro su reflejo en los verdes ojos y volvió a recorrer los labios nuevamente. Como le gustaba sentir esos labios contra los suyos. Recorrerlos y sentirlos… era suyo… Todo para él.
          Lamió con descaro sus dedos ensalivándolos. Su mano izquierda bajo y toco entremedio de los muslos, hasta llegar a la entrada y presiono su dedo hacia adentro, haciendo que Wolfram se moviera extrañamente. Parecía un poco incomodo al sentir su dedo allí dentro:
 — ¿Estás bien?
 —No, quítalo. Me molesta…
 —No te preocupes, todo pasara. Te sentirás muy bien…
 —Yuuri, por favor….
 —Vamos Wolf, te sentirás bien. Te haré  sentir muy bien.
 —Yuuri…
 —No te preocupes…. — introdujo su digito más adentro.
 — ¡Uh!
          Metió un segundo y luego un tercero; los movió circularmente, intentando dilatar todo lo que podía.
—Uhhh… no…
 –Wolfram…— dijo en un susurro en su oído, pasando su lengua. — Pronto estarás listo.
 —Yuuri no lo hagas… Uhhh…— sintió que los dedos salían de allí.
 —Wolfram…— lo tomo de la mandíbula y unió sus bocas, mientras que con su otra mano se quitaba el pantalón.
 —Yuu….
 —Shsh….
          Una vez un poco más abajo, saco su duro miembro del calzoncillo, separo sus bocas y coloco sus manos entre las nalgas del rubio:
 —Yuuri, por favor— rogó antes de cerrar los ojos y esperar a lo que venía.
          Guío su órgano duro y palpitante, rozando con descaro el agujero que temblaba al sentir el roce con la punta. Lo afirmo entre su mano y se empujo adentro:
 —¡¡¡¡¡AHHHHHHHHH!!!!!— gritó exaltado, abriendo enormemente sus ojos.
 — ¡Shibuya-kun!— llamo el profesor, captando su atención. Mirando a su alumno, quién gritaba en su clase.  — ¡Tranquilícese!
 — ¿Eh?— se sorprendió al ver que había gente alrededor de él… ¿Dónde estaba? Calmo su respiración y aspiro hondo. Giro de lado a lado su cabeza, dándose cuenta que estaba en plena clase:
 —Lo siento, Chisato- sensei. — se disculpo atropelladamente.
 — ¿Está bien?
 —Más o menos.
 —Ve a la enfermería y luego regresas.
 –Sí. — corrió la silla y salió del salón. Cuando camino hacia fuera, sintió el estallido de risas. Había hecho el ridículo, ¿cómo pudo quedarse dormido en clase de historia? Además de ese tonto sueño... ¿durante cuántos días había soñado lo mismo? Ni él lo recordaba. Cada vez llegaba más lejos con el Wolfram del sueño, pero él se comportaba tan diferente, que no sabía si era él o no…
          Se desvío del camino y se metió al baño, allí entro a un cubículo y se bajo los pantalones. Era la tercera vez que le pasaba en la semana. Con enojo se acaricio su miembro, que se encontraba duro entre su mano.
 —Ahhh…— se tocaba de arriba a abajo. Wolfram lucia tan bello en su sueño…—Ahhhh…— ¿Cómo hubiese sido llegar hasta el final?— ¡Wolfram! — se derramo en su propia mano.
          Cuando salió del baño pensó seriamente que no regresaría a Shin Makoku por un tiempo. No podía ver a Wolfram a la cara, no ahora… Por más que quisiera abrazarlo y tenerlo para él, eso no era lo correcto, la ley era pareja, un hombre debía estar con una mujer, aunque Wolfram fuera tan hermoso… No podía. Pero ¿Sus sueños seguirían repitiéndose? Todo era culpa de Wolfram, él y su estúpida ropa, su cuerpo, su aroma, su piel, su todo… Wolfram lo estaba volviendo loco… No amaba a Wolfram… No lo amaba… Sólo era curiosidad, simple y sana curiosidad… Eran hombres y eso era lo único que tenía claro en esos instantes.
          Con pereza se dirigió a la enfermería…










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